Después de estos días de ajetreo en Barcelona, gracias al Mobile World Congress, en el cuál trabajé, una de las cosas que más se han comentado, son las gafas de realidad aumentada o virtual.

Ahora mismo voy en el tren leyendo la revista Muy Interesante, en la cual hay un artículo muy completo sobre ellas y sus supuestos usos en el futuro, como su aplicación en la medicina o la educación, pero yo me quiero centrar en su uso en el área del turismo.
He terminado recientemente la carrera de Turismo y me gustaría reflexionar un poco sobre este tema. De lo que más se habla es de viajar sin moverse de la silla. Y aquí es dónde viene mi pregunta, ¿Nos estamos pasando con las tecnologías?

Como siempre las cosas nuevas asustan, nos da miedo que reemplacen lo antiguo, lo que conocemos, que lo cambien por algo nuevo que no sabemos como funcionará. A pesar de que la mayoría de veces las preocupaciones fueron en vano, ya que el teatro no desapareció con el cine, ni tampoco los periódicos con las tablets. Aún así a mi me da un poco de miedo pensar que la gente podrá caminar por la muralla china sin salir de casa… Y entonces me surgen las siguientes preguntas: La gente gastará dinero y tiempo para viajar? Al ver un sitio desde casa se nos quitaran las ganas de verlo en persona? Perderemos esa pasión por viajar? Espero que no… En búlgaro hay un dicho, “Somos lo que somos cuando viajamos”. (Човек е човек когато е на път.)
Los drones ya nos están dando una pista de como podrían ser estos viajes… Con ellos podemos sobrevolar ciudades y bosques viendo las bellezas de cada sitio con un simple click.
En el congreso la mayoría de empresas este año presentaban su propio prototipo de gafas. Parece ser que hay un boom por esta nueva moda virtual. Yo probé algunas, unas estaban muy bien desarrolladas otras no tanto… Te permitían volar sin alas o recorrer una montaña rusa con movimiento de silla incluido. Pero aún así a mi personalmente no me acaban de convencer, incluso algunas me mareaban. 😀
Para los amantes de los videojuegos, reconozco que es una chulada, pero para lo demás no estoy tan segura.
Al fin y al cabo viajar es cultura, es historia, experiencias, amigos, pasión y sabores… Nos podrán transmitir todo eso unas gafas?
Vosotros que opináis?

Si no puedo visitar un lugar prefiero ver vídeos que ponerme unas gafas de esas. Aunque tal vez sea sólo cuestión de acostumbrarse y en pocos años todos tengamos un par, quién sabe.
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